Mide con tu corazón
- Angela Carey
- 30 ago
- 2 Min. de lectura
Hay una conexión mágica entre las relaciones y la comida. Algunas de las mejores conversaciones ocurren en la cocina mientras se prepara una comida o alrededor de la mesa mientras se come. La comida tiene una forma de nutrir el cuerpo y alimentar el alma. Bajamos el ritmo. Quizás cocinamos algo desde cero. Hablamos. Reímos. Saboreamos cada delicioso bocado. Creamos. Desarrollamos hábitos alimenticios más saludables. El estrés se reduce. El corazón está tranquilo... funcionando mejor no solo física sino también emocionalmente. La conexión que ocurre es innegable.
Sabemos que a veces es difícil pensar en qué preparar para la cena. Todos. Los. Días. Sentirse abrumado tratando de averiguar qué comprar, cómo cocinarlo y comer como si tu vida dependiera de ello. Y para ser honestos... tu vida depende de ello. Pero no depende solo de eso. También depende del aire fresco. Probar algo nuevo. Ir a caminar un poco. Ver la puesta de sol. Tomar un té con un amigo. Ayudar a alguien que lo necesita. Dar generosamente y recibir con gracia. Permitir que alguien te cuide. Detenerse a oler esas rosas... o ese café... Es una vida hermosa cuando nos permitimos disfrutar de los momentos alrededor de la mesa.
El mundo está sobrecargándonos con información. Y es tan difícil determinar qué información es buena y cuál no tanto. ¿A quién escuchamos? ¿En quién confiamos? Puede ser estresante intentar averiguar cómo hacerlo todo y hacerlo bien.
¡Todo esto nos llevó a retomar nuestras clases de cocina! Un momento para reunirnos, aprender cómo la comida nos da energía y sana nuestros cuerpos, preparar juntos un plato versátil con ingredientes frescos y accesibles, conocernos mejor y construir una comunidad más saludable desde adentro. Creando, riendo, aprendiendo y COMIENDO. Y por supuesto... midamos ese ajo con el corazón. No te contengas...

























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