Sueños. Realidad. Toda la gloria sea para DIOS.
- Elisabeth Paregger

- 30 sept.
- 3 Min. de lectura
Normalmente, los sueños son un poco confusos cuando piensas en ellos con más profundidad. Son una hermosa visión de deseos hechos realidad, y simplemente te encuentras allí disfrutando de ese sueño maravilloso. Realmente no piensas en cómo surgieron esas cosas maravillosas. No sabes cómo llegaste allí, qué hiciste ni cuánto te esforzaste por conseguirlas. No tienes idea de cuánto tiempo pasó, qué edad tienes en ese momento ni dónde estás. Simplemente disfrutas el momento de victoria y satisfacción.
Entonces despiertas y enfrentas la realidad. Estás donde estabas al principio. Quizás tengas algo de conocimiento y recursos, pero lo que más necesitas es fe. La Biblia dice que "la fe es la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11, versículo 1). Oramos por nuestros sueños, para que sean lo que DIOS quiere que hagamos para glorificarlo a ÉL y hacer realidad a SUS sueños.

Dicho esto, fui encargada en crear un programa para los alumnos de 6º primaria a 3º básico (12-16 años) del colegio Fuente de Esperanza en El Zapote, Escuintla. Todo se vuelve un proceso de lluvia de ideas, pero en mi caso, es más bien un huracán de ideas. Tenía ese sueño, no de mí enseñando, sino de niños entusiasmados al aprender sobre la asombrosa creación de DIOS… ¡y no tenía ni idea de cómo convertir este sueño en realidad!
Además, quien haya trabajado con niños sabe que entusiasmarlos con cualquier cosa, no es fácil. Así que decidí hacer lo que podía y dejar que DIOS se encargara de todo lo imposible para nosotros. Por supuesto, podría haber habido un mejor profesor, una mejor estructura de clases, un mejor ambiente, más recursos, etc. Siempre habrá una lista de deseos larga y cosas por mejorar, pero lo más importante es empezar y tener fe en que DIOS está con nosotros a cada paso... y ÉL definitivamente estuvo ahí para nuestro increíble equipo durante todo este año escolar.

Les enseñamos sobre el agua y la hidratación con diversas limonadas (la de jengibre es su favorita) para mantenerlos fuertes y sanos, algo que se subestima, especialmente en una zona tan cálida y húmeda como El Zapote. Luego, tuvimos una serie de clases sobre cómo preparar y mejorar la tierra con fertilizantes naturales, sembrar semillas y multiplicar plantas, cuidar nuestras plantitas con pesticidas, fungicidas y fertilizantes orgánicos, y cómo distinguir plagas y enfermedades fúngicas. Todos los temas se combinaron con un devocional y un versículo bíblico para que mantuvieran la palabra de DIOS presente a medida que crecían (ellos y también sus plantas).
Poco a poco, el interés y la emoción fueron surgiendo, tanto por parte de los estudiantes, los profesores como por nosotros mismos, y todo culminó en un mercado de plantas, ¡organizado y producido por los estudiantes! Llegó el momento en que ellos pudieron usar todo lo aprendido y ponerlo en práctica. Aprender puede ser divertido, ¡pero la experiencia práctica siempre es mucho mejor!
Los estudiantes se encargaron de crear productos y marcas relacionadas con las plantas. Algunos diseñaron etiquetas, otros se encargaron de los anuncios, la elaboración de decoraciones y la difusión del mercado entre sus familias y toda la comunidad. Algunos prepararon alimentos y bebidas frescas en el mercado. Otros fueron los representantes de ventas en el lugar. ¡Todos participaron y esperamos que se hayan divertido en el proceso!
El resultado fue un mercado ecológico ejecutado profesionalmente con los siguientes productos:
Productos de belleza como agua de rosas
Hierbas medicinales secas para tés y té fresco
Tierra fertilizada en bolsas
Árboles frutales y hierbas medicinales
Macetas de materiales reciclados
Deliciosos batidos de frutas
Dulces de maní y miel
Tostadas con ingredientes orgánicos
Sándwich de ensalada de pollo
Chuchitos caseros con ensalada de repollo.
Estamos orgullosos de todos ellos; superaron nuestras expectativas. ¡Felicidades!
Y aquí estamos ahora, al final del año escolar en Guatemala, ¡dándole toda la gloria a DIOS! ÉL es quien convierte sueños en realidad.
Porque de ÉL, y por ÉL, y para ÉL, son todas las cosas.
A ÉL sea la gloria por los siglos. Amén.
Romanos 11, versículo 36



















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